A Cristina Kirchner y Mónica Fein se las vio conmovidas en el lugar de la tragedia. Ninguna escondió la tristeza, la turbación y la desolación de lo sucedido reflejada en sus rostros Virginia Giacosa/Opinión La sociedad nos enseñó a las mujeres que podíamos llorar. Como contracara, le inculcó a los varones que no debían hacerlo y mucho menos mostrarlo. Se suele pensar que si uno se quiebra o muestra su dolor pierde fortaleza o carácter. Eso no parece importarle a las mujeres que nos gobiernan –tanto en la Nación como en la ciudad– que quedaron registradas en las fotos de la tragedia de Salta al 2100 con gestos de dolor, conmovidas ante el sufrimiento de los demás que en esta oportunidad ellas hicieron propio.