El faraónico proyecto del tren de alta velocidad para unir Buenos Aires-Rosario-Córdoba, que no ha sido explicitado en sus costos reales, vuelve a tomar impulso mediático y cuando más aclaran, más oscurece.
Instalar la cuarta trocha, con uso exclusivo para un servicio ferroviario de dudosa conveniencia comercial y con casi seguros subsidios dados los costos de explotación, debe ser analizado por el Congreso Nacional, ya que implica un nuevo endeudamiento externo con responsabilidades expresas que debe encarar el parlamento nacional, indicando que el PE no tiene atribuciones para negociar este tipo de acuerdos.
Esta cuestión del tren bala, que nuestros parlamentarios no han tenido oportunidad de debatir, implicaría un nuevo endeudamiento y hasta una multa de U$S 500.000.000 (quinientos millones de dólares) si dicho proyecto “se cae” por decisión de nuestro gobierno, pero no hay una información pública creíble y técnicamente desarrollada como para convencernos a los críticos del proyecto.
Es grave que el ejecutivo ignore el sistema parlamentario y mucho más grave, es que negocie créditos o inversiones sin el aval de ese parlamento que pueden incrementar nuestra deuda externa y condicionar nuestro progreso porque este proyecto del tren de alta velocidad no resuelve el problema del transporte terrestre que el menemismo se encargó de destruir eliminando los trenes y saqueando su infraestructura.
Hoy se propone la recuperación del Belgrano Cargas, sistema ferroviario de suma importancia estratégica para el transporte de soja a los puertos del pacífico y a partir de los acuerdos con China que sin discusión parlamentaria, termina con un crédito del gigante asiático por U$S 10.000.millones de dólares pagadero en materiales ferroviarios, que implica no desarrollar nuestra industria ferroviaria, cambiar de dominio y posponer una real y concreta posibilidad de recuperar nuestros servicios de transportes ferroviarios, tal como desde tren para todos presentamos en nuestro parlamento el 1 de Junio, proyecto que no ha sido rebatido y cuya discusión pública, abierta y democrática, estamos dispuestos a profundizar.
El procesado Ricardo Jaime, adquirió por su cuenta locomotoras y material de arrastre a los gobiernos de España y Portugal, por más de 1.200 millones de dólares, haciéndole el favor de sacarle de sus depósitos ferroviarios material de segunda, chatarra y/o equipos que debemos reparar, sin que nos aseguren disponibilidad de repuestos y/o accesorios, cuando disponemos de talleres con personal de experiencia para encarar con seriedad la recuperación gradual y progresiva de nuestra industria ferroviaria..
Estos son los “negocios” de una Presidente que sale de compras de material ferroviario como si fuera a un shoping, sin un asesoramiento técnico que apunte a la defensa de nuestros intereses, que se rodea de cuestionados dirigentes como los que hoy administran Belgrano Cargas y nos compromete con deudas externas innecesarias.
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